lunes, 5 de mayo de 2014

Un lugar para colorear

Aquel lugar de arena blanca, de mar turquesa, de cielos azules, lilas y hasta rosados, de guardianes verdes que son las altas palmeras cuyos habitantes son los cocos más brillantes que divisan de lejos la llegada silente de las tortugas.

En ese lugar para colorear habita la flaca, una fusión entre lagartija y mujer, con su traje de leopardo fino, sus dedos torcidos, su boca pintada de rojo carmín y su sombreo de paja, la hacen ser parte de ese dibujo colorido que es playa el agua. Su compañero de aventuras el guaro borracho la acompaña a contar las estrellas fugaces que se posan en los cielos oscuros de la noche solitaria.

Con su flauta llega el pequeño Roy, detrás de él van los ratoncitos que anuncia la marcha de los pequeños surfistas que pronto serán gigantes. Miguelito el más pequeño de la pandilla, toca la armónica y con su melodía encanta a María, su abuela y la gran empanadera de la playa que con su sonrisa  nos anima a creer que en la vida la lucha es constante.

Un lugar para colorear, está Robin Hood, un hombre que su gran armadura de defensa es su gran corazón, en medio de esa arena suave ese héroe anónimo esconde en su piel de agua salada una mirada apacible de ojos negros profundos, de pierna ñeca, de cuerpo esbelto, con su tabla entra al agua para pillar las grandes olas pacientes que lo esperan para viajar.


Y así ese lugar para colorear se llena de la energía traviesa de la vida que genera playa el agua. 

Maga