Un escudo de hojalata tengo entre mis manos, lo cojo con fuerza, sin miedo protejo mi rostro de las cachetadas de la autoridad. Autoridad que se disfraza de una tierna persona; pero con golpes duros en medio del alma, te hace sentir chiquitico. En ese momento, tengo el escudo de hojalata que me ayuda a esquivar las duras palabras. Sin risas, sin miedo, sin lágrimas, inmóvil batallando con este mundo que se burla y se burla de las cosas buenas.
Maga
Destellos de colores que se mezclan bajo el sonar de un xilófono. Un xilófono en vela, que no duerme, palpita delirante, sin redimirse ante la luz del sol, que nace, que nace entre las montañas verdes de ese campo lejano, de cielo nocturno y frio, muy frio, helado, congelado. Boreal que choca en forma accidental con los polos terrestres, guardianes en guerra de esa tierra silente, que nace sin nombre, con risas y sueños.
Maga
Dejar el presente, por apostar por el pasado.
Dejar, sin documentos a está patria furiosa.
Dejar, quitándole las ataduras a está pena sin prisa.
Dejar, los ojos cerrados para recordar lo vivido.
Dejar, las ilusiones por realidades tangibles.
Dejar está vida, por una mejor.
Maga
Para avanzar, le pido a la luna que te topes con ella. Una mejor que yo.
Para avanzar, deseo a ciegas toparme con el. Uno mejor que tu.
Para avanzar, espero que ambos nos topemos con ellos. Unos ellos mejores que nosotros dos.
Para avanzar, supongo que la complicidad se debe acabar.
Para avanzar, asume que tú, deberías desaparecer de mi mente.
Para avanzar, imagino que yo debo de alejarme de tus pensamientos.
Para avanzar, creo que la emoción de escucharnos a la distancia, debe morir.
Para avanzar, las formulas aplicadas han sido un fracaso.
Ahora me pregunto, ¿Cómo puedo avanzar?, y me responde si el agua que bebemos el uno del otro todavía está hirviendo.
Maga
He sido una poeta en búsqueda de musas internas.
He sido la niña de Josue, que ha remitido a las rebeldías pasadas.
He sido la mujer, de ovarios de acero.
He sido la amiga de mis amantes.
He sido una indecisa constante.
He sido precavida en las cosas del corazón.
He sido la femme fatal, con arrebatos nocturnos.
He sido la hormonal, que cambia de decisiones con sus ciclos menstrual.
He sido una soñadora persistente.
He sido una ilusoria del amor.
He sido una veces guapa, otras lista, y a veces las dos.
He sido la que ha dejado todo por seguir lo que siente.
He sido la que ha pincelado en imágenes sus deseos.
He sido un ave rapaz, que ha volado alto; pero ha veces ha tenido que dejarse caer.
He sido la que le ha dicho a él, la palabra correcta, en el tiempo incorrecto.
He sido una paciente intranquila.
He sido, he sido, he sido a veces tantas cosas, he sido de muchos, de pocos, de dos, de uno, de un uno, que me abrió su mundo…
En definitiva, he sido, he sido, mucho o poco, pero lo importante es que he sido.
Señales en el viento,
que me descifran tus pensamientos.
Señales en el viento,
que me susurran tus dolencias.
Señales en el viento,
que cotillean tu vida entera.
Señales en el viento,
cómo las siento, me llegan en desacuerdo.
Señales en el viento,
traen con ella, todo lo no dicho.
Señales en el viento,
vienen como un vendaval a decirme cosas de ti.
Gracias esas señales en el viento, logro poder saber algo de ti.
Maga
Ella de mente vibrante, el de alma vibrante. Los dos al verse, vibraron, en ese bar de la calle REC, se reconocieron y dio pie al acuerdo perfecto, un acuerdo oportuno, que con el tiempo se disolvió y se convirtió en infortunito.
Ella lo vio de lejos, el la vio de cerca. Ella llevaba falda muy corta y escote atrevido, él iba de americana negra, ella tomaba una copa de Martini, mientras él se comía unas aceitunas acompañado con una copa de vinotinto, quizás era un tempranillo. El la miraba de reojo, ella sonreía, se acercaba. El pregunto, sin titubear ¿Cómo te llamas?, ella respondió, Carlota. Él le dijo, yo soy Miguel. ¿De donde eres? del Caribe, el sonrió. Ella se dio cuenta que no había nacido en la ciudad hechicera, donde el tiempo presente los llevaba de pasada. Luego de muchos chupitos de tequila, salieron como dos reptiles de ese bar de colores rosa fosforescentes.
Caminaron por la ciudad, la luna iluminaba el camino y la noche fría que se veía invadida por las calles húmedas, de ese sudor frenético que llevaban sus hormonas hasta desembocarlo en la cama. Allí, en medio de la nada, la mente de ella y el alma vibrante hicieron palpitar sus cuerpos, caricias, besos, sombras dibujadas en la pared, hicieron la danza perfecta, dos cuerpos hermosos con sus defectos se veían unidos en silencio. Gimieron al mismo tiempo, ambos iban con el compás musical exacto de sus respiraciones perdidas bajo las sábanas. Sin darse cuenta o dándose quizás, sin reconocerlo llegaron juntos, al orgasmo más sublime de los dos.
Se hizo de día, ella dormía de un lado de la cama, del izquierdo, el del opuesto, sin abrazarse, sin miradas, ni palabras bonitas, sin promesas, desnudos, tumbados sobre la cama. Ella, se levanto rápidamente, el aún dormido ni se entero. Ella salido de su piso, como fugitiva, como si hubiese cometido un crimen, no dejo huellas, ni rastros, ni nada de ella.
Pasaron varios meses, él no tenía ni pistas de esa mujer, que por una noche lo hizo vibrar. Un día en el vagón del tren, coincidieron, ella lo vio de cerca, él la vio de lejos, se acercaron y platicaron, luego quedaron. Salidas al cine, a cenar, al parque, sin sexo, fueron amigos. Ambos, lo tenían bastante claro, vibraban en sintonía distinta, y así fue el acuerdo, ser amigo y nada más. Pero una tarde de mayo, idearon un plan, ella necesitaba ser europea, y él brasilero. Entonces se plantearon casarse para ambos obtener la nacionalidad, él la de ella, y ella la de él.
Fríos y calculadores, hicieron un pacto. Al casarse, ninguno tenia compromiso con el otro, solo ir una vez al mes durante un año a presentarse en la procuraduría a testiguar su matrimonio feliz. Pasaron los meses, con un buen tiempo, su relación de amistad se iba fortaleciendo, trascendieron. Era un acuerdo de vida, de lealtad, de fidelidad. Hasta que una tarde, todo se derrumbo, cuando se dieron cuenta que se tenían unos celos enormes. Ya las historias de amores a ambos no les hacia gracia, y se evitaban escucharse uno del otro, hablarse de sus parejas.
Y con el limite de la locura, volvieron a la campaña nocturna, saciaron sus deseos, el uno del otro, sin reservas, rompieron el acuerdo, hubo caricias, besos, palabras bonitas, te quiero y en un instante miradas silenciosas, que descifraban el amor que ambos se habían negado a sentir durante tanto tiempo.
Ahora él, vive en el Caribe, y ella se quedo en Europa haciendo sus sueños y siguen manteniendo el acuerdo.
Maga
Se acerca, está cerca, viene en su caballo negro a originar la revuelta, una revuelta, que retorna, que regresa, que da vuelta, revuelta se hace más impaciente, se adelanta. Revuelta masculina que está incrustado en mi cuerpo, para desestabilizarme la vida, no sé que hacer con tanta revuelta.
Maga
Sentada en la barra del bar, no puedo evitar mirar a ese morenazo que se posa frente a mí. Lo veo y cada mirada me acerca al pensamiento más morboso que pasa por mi mente, se clava en mis sentidos y se filtra hasta mi entre pierna. El me mira, yo me fumo un cigarrito y zaz, estocada final, paga y se va, y yo me quedo con mis hormonas alborotadas que al rato se duermen. A partir de ahí, se presenta como una sombra el colonizador de mi corazón. No puedo evitar pensar en él, imaginar las cosas más puras y cotidianas con él, la casita feliz, la casa de campo, la sonrisa en la mañana, su cepillo de dientes allí con el mio. Sonrió, pero vuelve a pasar, se me acaba la ilusión, cuando una vez más bajo a la tierra y me doy cuenta de que lado estoy.
Piel de seda,
que deja deslizar las manos agrietadas.
Piel de seda,
abandonada entre la nada.
Piel de seda,
perdida sobre la colcha de tu cama.
Piel de seda,
vibrante en espera de los besos no dados.
Piel de seda,
que viste tu hombro desnudo.
Piel de seda,
que se derrite con tus caricias.
Una piel suave, de seda es irresistible, como no tomarla.
Maga
Todo el tiempo estamos reciclando. Reciclamos palabras, que nunca hemos dichos y otras que decimos y las vamos clasificando en buenas o malas. Reciclamos experiencias, vividas, olvidadas y recordadas. Reciclamos historias, pasadas, que se han ido por el bajante de la basura. Reciclamos, trabajos, que nos casamos, nos aburrimos, y lo vamos renovando. Reciclamos amores, amores que se han quedado en medio de la cama vencidos por la batalla campal de la noche, reciclamos amores que hemos matado y los hemos enterrado bajo el sub-suelo, amores que clasificamos en dejados, abandonados, olvidados, pasajeros, transitorios, convencionales, alocados, repentinos, amores de nuestra vida. Vamos reciclando olores, sabores, caricias, tristezas, deseos, alegrías, emociones. Reciclamos almas, pérdidas, encontradas, que mueren, van al cielo o al infierno, pero que no caben y por eso regresan a la tierra nuevamente para ser recicladas. Estamos reciclando todo el tiempo.
Maga
Febrero entrometido, febrero de revelaciones a oscuras, febrero introvertido, febrero de color rojo, a veces azul. Febrero que hospeda el frío, febrero simple, sencillo, febrero iluso, febrero único, febrero frenético, febrero bisiesto, febrero que me da aliento.
Maga
Baterías en carga, baterías conectadas, baterías descargadas. Energía solar, impulsiva, intangible, repulsiva. Pilas alcalinas, desgastadas, imborrables, recargadas. Energía de corazón, de mente, de alma, energía desgastada, te quedas a media y a poco arrancar.
Maga
Una vez al año, tu mirada desnuda mi alma.
Una vez al año, tus manos me tocan cada ápice de mi cuerpo.
Una vez al año, las palabras sacan del archivador las imágenes.
Una vez al año, el discurso se repite, sin consonantes.
Una vez al año, tu olor se queda clavado en los poros de mi piel.
Una vez al año, la cama de siempre nos espera cálida.
Una vez al año, la montaña es testigo de mis gemidos.
Una vez al año, tu sello firma mi vientre.
Una vez al año, el retorno se convierte en enemigo.
Maga
A las orillas del mar, lo vi pasar. Desentendido, iba al caminar con un cigarro a medio fumar. Llevaba un jersey negro, con hechicera sonrisa. De cara bonita, barba poblada, va y viene, de un lado a otro. De idioma distinto, nacido en el país que duerme en la península ibérica. Distraído, callado, abstracto, poeta de versos ingenios, de ilusiones sinceras, de palabras incomprendidas. Cantarín frenético, hablador volátil, silencioso reptil. Currante insaciable, demente silente, de observaciones a esperas. Alejado del ruido, desentendido de todo lo que ocurre a su alrededor. Así es él, un desentendido.
Maga
Vacío vibrante, que me atrapas en un túnel oscuro sin salida. Vacío que habitas en mi habitación, sin verte ni sentirte. Sueño constante con el encuentro de los amantes del tiempo. Un tiempo que ha sido cruel, en colocarme en la cuerda floja del estar aquí o regresar allí. No sé, a veces es tan simple tomar decisiones, decisiones sabias, decisiones ajenas, decisiones propias, que no sabemos si está bien o está mal, dejar a ese ser atrás. Vacío que me matas, que me quemas, que me dañas, que me haces que me duela el alma.
Maga
Te quedas en silencio, te pierdes entres las palabras de la gente que no paran de hablar, aturden el encuentro. Te induces como un sicópata en el interior de tu pensamiento. Razón vs corazón, no sabes que escoger, desconoces el camino, el yo interno que llevas dentro, te pide a gritos que te quedes en silencio. Tu silencio es perfecto, transparente, anónimo, exquisito. Silencio en tu mirada, que indiacas hacia el cielo, y una vez más me pregunto, ¿qué has hecho para que ese silencio en tu mirada vuelva a rondar parte de mi alma?.
Maga
Miradas no fijas, que venían de los ojos de las bestias que bailaban sin parar. Un oso gigantesco, entraba por la puerta, de aquel lugar de luces de neón, que convertía a los adictos en fieras indomables, en humanos que explotaban y tras la inhalación sacaban su adentro, su sufrimiento, sus miedos, sus angustias, sus fatigas, sus demencias, demencias complejas que se iban fungiendo, en palabras no dichas, en frases interminables, en figuras agotadoras, en sombras piadosas, que iban desenredando las cadencias de los osos, que se movían de un lado a otro.
Maga
Sin defensas, me pillaste. Las defensas que flotaban en ese lugar oscuro, y poderoso, se esfumaron por la puerta de emergencia. Sin defensas, me dejaste, chupaste de mi, la sangre, mis glóbulos rojos y blancos que combatían contra el mal. Sin defensas me he quedado, no tengo mi escudo de metal para evadir la maldad que me querías dar, sin defensas aún sigo, sin tener.
Maga
Amplio campo de suelo nevado, donde quedan marcadas las huellas profundas de los valientes guerreros, que anuncian la guerra. Una guerra fría, sin piedad, ni reglas, simplemente los guerreros toman sus armas, sus caballos, su razón, y oprimen su corazón. Guerra anunciada de dos, de indiferencia, de desidia, de decepción. Guerra llena de desilusiones que son las municiones para cargar los cartuchos de la guerra anunciada entre dos.
Maga
Aquel 15 de agosto, terminado en 9, de calor de verano, de sol imponente. Dos almas se unieron. Él la veía a ella fuera de foco, pero solo basto el tacto, el sabor, el olfato y el oído para fungir los cuerpos. Desenfocado, visor de ojos enormes, de piel muy blanca, de lunares que se confundían con los planetas de mi imaginación. Imágenes surreales que venían e iban en la mente de los amantes, un colchón a ras de suelo testigo del viaje astral de los cuerpos calientes, sudados, borrachos, drogados, de sexo único, animal, de formas en la sombra, que en demonios se transformaban. Hormonas que se aceleraban a mil por horas, se hablaban, se cantaban, se humedecían, danzaban a media luz. La luz de la luna plateada que aquel 15 de agosto de 2009, se colaba por la ventana, sin límites bañaban los cuerpos, cansados, desnudos y tumbados en aquel cuarto de hotel barato; pero rodeado de un mar azul, de olas grandes y de Caribe enorme.
Maga
Un papel que no se ha firmado, un papel que no lleva tu nombre, un papel de letras diminutas que no puedo leer, un papel que dibuja la sonrisa de ese príncipe de papel.
Maga
¿De que manera hay que ser? para que ellos te quieran. Si eres lista, no eres guapa; pero si eres guapa no eres lista. Si eres medianamente de las dos maneras, entonces tampoco te quieren. ¿De que manera?
Maga
Tus manos mueven los hilos invisibles, de esa marioneta. Con antojo, la mueves de un lado a otro, sin percatarte de lo crucial que puede ser el encuentro entre tu y la marioneta, durante ese viaje, sin nunca acabar.
Maga
Retorno sin previo aviso,
retorno retorcido.
Retorno que no escribo,
retorno a quebrantado.
Retorno del fin, desde el principio.
Retorno componente, que no entiende de mi ente.
Retorno a ese lugar conmigo, sin ti.
Maga
