lunes, 20 de abril de 2015

El cisne

El cisne es más blanco,
que un copo de nieve,
en un limpio lago tenía su misión.
Allí muy tranquilo en su vida pasada.
Allí ni tenía pena, ni dolor.
El cisne se siente demasiado sólo,
y existe en su pecho la pasión y una manada de cisnes,
muy blancos encontró la dueña de su corazón.

Ramon Carrosco

Extracto del poemario d emi Abuela

jueves, 16 de abril de 2015

Me visitaste

Me visitaste mientra dormía, mi dama elegante, mi bonita guerrera en mis sueños apareciste, te vi rezando sentada sobre las escaleras de la entrada de la Iglesia Santa Rosa, llevabas ese vestido azul rey que desde que te marchaste en el caballo blanco de algodón, está presente. Tus ojos no podía verlos porque tenías esas gafas grandes y tus manos blancas y arrugadas sostenían un rosario color carmín .  Te pase por un lado y te veía, tu no volteaste a mirarme, estabas tan entregada a tu plegaría que todo lo que corría por tu lado, iba en cámara rápida. Me quede en la puerta esperándote, contemplándote, con las ganas de pedirte la bendición y que me dieras unos de esos besos profundos, de escuchar tu tono de voz diciéndome "Dios me la bendiga, mi bruja"; pero no fue así, te retiraste en silencio, volteaste y me sonreíste, desde ese momento supe que ya no estabas aquí.

Para Melania, cómo te extraño abuela.

Maga

Y me niego

Y me niego a irme de mi país, y sí lo hago no dejaré de luchar, de alguna de las dos formas "HAY QUE LUCHAR POR VENEZUELA".

Y me niego a darle la espalda al sol radiante, mientras me meto en una cola para comprar un alimento de la cesta básica, donde el sol te reclama tu viveza o miseria.

Y me niego a comprar tres veces más el costo de un producto, no puedo ser beneficiaría del avispado.

Y me niego a dejar de leerle el pasado bonito de Venezuela a los niños y a los ignorantes también.

Y me niego ponerle dos veces la mejilla al enemigo, para que se burle de un país que va 3n decadencia.

Y me niego a negar mi identidad, aunque no veo a mi país en el mapa, lo levanto y lo pinto de tricolores.

Y me niego a no respirar por la mañanas los olores de esperanza.

Y me niego a callar, a mi familia o amigos que aplauden esté circo, siempre me oirán.

Y me niego a las mieles del chavismo.

Y me niego a ponerme siliconas para estar a la moda en una Venezuela donde hay más siliconas, que cerebros.

Y me niego a no creer que entre todos, dejando la vanidad, la desidia, el temor y la desesperanza vamos a entregarle este país a los malvados del cuento.

Y me niego a dejar de escribir por Venezuela

Maga