domingo, 29 de marzo de 2015

Sus últimos días conmigo

Sus últimos días conmigo, fueron agridulce, pasar de la alegría, de la risa y esconderme en una mascara de sonrisa; mientras triste lloraba, hizo difícil mi estadía.

Mi primer día con ella, la vi sentada en su silla de siempre, quizás su silla era la única cómplice de su dolor, de su tristeza, testigo de aquellas largas horas, donde su plegaría era "Tener una Venezuela Libre", pedía por sus hijos, nietos, hermanos, la iglesia, los sacerdotes, por la vida, por la naturaleza y tantas cosas que nunca sabremos, a veces de tarde, cuando el ocaso se hacia dueño del cielo valenciano, cuando las montañas del cerro el Cafetal se ponían más verdes, cuando el llanto sigiloso de su visitante no deseado la quemaba por dentro,

Verla tan indefensa con su jersey azul cielo, más viejita (siempre creí que ella, no tenía 82, si no menos, su fortaleza me hacia  pensar que no era tan abuelita) sus ojos pequeños brillantes y su sonrisa de siempre, con esa palabra que nunca descansaba, con esa mirada de atención que ella nunca perdía, me saludo, la abrace y aguantando mis ganas de llorar, me reí hasta el cansancio con ella, hablamos de la crisis, del país, de la salud de mi papa, de mi vida, de la playa, de mis sueños y los suyos, de mis pesadillas y las de ella, se fue incorporando a la conversación, una dama de carácter fuerte, de temple audaz, de cuerpo resistente, de ocurrencias y así fue mi encuentro con la "Bonita Guerrera", luego de saber que el enemigo se apoderaba de ella.

Mi segundo día con ella, nos fuimos nutriendo en aquella sala decorada de buen gusto, donde le contaba la historia de las tortugas, como un tortuguillo sobrevive de 100, solo 1 es luchadora contra todos los depredadores que van a su asecho. Ella se fue comparando con esa metáfora, me decía que muy parecida podría ser su lucha contra el enemigo visitante.

Mi tercer día con ella, toda la familia nos reunimos en el patio de la abuela, donde hablamos de cómo la íbamos a cuidar, que nos tocaba hacer de ahora en adelante para poder hacer que ella tuviese una vida aún más  feliz, con compañía y calidad de vida, todos con esperanzas no perdimos la Fe esa noche y sabíamos, teníamos la certeza de que mi abuela iba a salir de ello.

Mi cuarto día con ella, entre a su habitación y estaba dormida, ese respirar era tranquilo y sereno, haciendo guardia en el sofá de la sala de su casa, nos quedamos Wilfredo, Josue, Teresa, Celina y yo, mientras los hombre dormidos, roncaban, nosotras hablábamos de mil cosas. Luego que ellas marcharon, mi abuela se levanto una vez y yo dormida soñaba con ella.

Al día siguiente, la atendía como nunca lo había hecho, entre mi enredo de preparar unas arepitas, un cafecito y unos huevitos le puse todo el corazón para que ella tuviese un desayuno inolvidable, hablamos mucho en esa mesa, de muchísimas cosas, y al final me dijo "usted es la chef que yo necesito", se levanto de la mesa y mientras se vestía y se ponía bonita, yo me dedicaba a recoger y dejar limpia la cocina, para que mis tías no me fuesen ha llamar la atención. De allí, nos fue a buscar Sabrina y juntas nos fuimos a la misa. Otra experiencia que en años yo había vivido con ella, ir a la misa de Santa Rosa, que rico momento,

Luego de mi gira por Maracay, regrese a aquella casa de alegría, le dijimos que Isabella estaba perfecta, su cara era de felicidad, minutos después mi abuela era visitada por un grupo de sobrinos que le iban a regalar un sacramento "la unción de los enfermos", allí ella confeso:"Soy mujer de poca Fe, cuando la necesito; pero de mucha Fe cuando no la necesito", yo fui testigo de ese momento, y viví una experiencia que jamás había vivido, ¡Gracias por eso!. Lloramos, reímos pero todos estuvimos con la energía misma de que mi abuela iba a poder echar para fuera al visitante que nadie quiere tener.

El jueves, verla después de la quimioterapia, me dio esperanza, me hizo volver a la Fe y saber que mi abuela, pese a su cuerpo viejo y quizás débil e indefenso iba a poder seguir con nosotros y de una manera bien, con fuerza, esa noche nos deleitamos mi hermana, ella y yo mirando las fotos del pasado, se paseo por una y cada una de las fotos que veíamos, recordó  a Carlota, a Isabel Cristina, a tía Rosa, incluso a sus ex nietas que en su momento fueron políticas, donde se detuvo y suspiro, Ella nos iba contando cada anécdota, cuando se fue de crucero con Juanita y allí en la cena todo era de hielo, cuando tía Grisel le obligo a colocarse un koala y unos zapatos de goma en Miami, cuando en la cubierta de ese inmenso barco, tomaba una foto hermosa, de un inmenso mar y 2 botes, sus cumpleaños, una foto de Grisel con miles de sombreros y todos les quedaban bellos, pasábamos las fotos y ella sentada en su lugar de siempre del comedor nos contaba cada detalle de sus viajes. Llegamos a tener dudas de una foto, donde veíamos a Wilmer y ella abrazados; y ella y yo decíamos que sí y Grisel y mi hermana decían que no. Así corrieron las agujas del reloj en esa casa y la sonrisa de mi abuela brillaba.

El próximo día, su emoción era inmensa, volvimos a mirar fotos a reírnos, ella estaba lucida; pero el sábado empezó su cuerpo a tener las reacciones de la quimio, se debilito, entrar a su habitación y que me mirara como una gatita indefensa, no ver a la Melania que yo había visto el viernes me dio mucha tristeza y la desesperanza apareció. El domingo, ya la imagen de verla como no podía comer, coger la cucharilla, y su esfuerzo siempre por mantenerse y hacernos saber que no estaba tan mal, me hizo pensar que el roble no iba a aguantar.

Minutos después pidió, que se la llevaran a la cama, si hubiese sabido que esa era la última vez en esta vida que iba a ver a mi abuela despierta, la hubiese abrazado, le hubiese dicho lo mucho que la quería y lo mucho que me había enseñado, le hubiese agradecido por haber traído al mundo a Josue, por su sabiduría pura, por haberme regalado esos 10 días antes de su partida, si hubiese sabido que esa iba hacer la última imagen de mi abuela viva, la hubiese acompañado en ese recorrido adolorido entre el comedor, el pasillo y su habitación.

 Luego intente entrar a la habitación, pero me pareció tan intimo su mano tomando la mano de Alán que preferí dejar que el disfrutará y se conectará con ella en ese momento. Larga fue la espera y los minutos pasaban, mi abuela siguió dormida, pedí el permiso a Celina para entrar y no despertarla, verla allí dormida, con su respiración fuerte, acostada de lado, me senté en su sofá negro, donde mi papa se sentaba muchas veces a conversar con su vieja, allí la toque, mi mano hizo un recorrido por su brazo, la toque no me canse de tocarla de sentir su piel ya viejita, de mirarla y allí pose mi mano por un rato largo, le oré, le recité mis mantras, le dije lo mucho que la amaba, le decía que tuviese fortaleza, que fuese como esa tortuga que sobrevive a los depredadores, le día un dulce beso en la mejilla, al salir de esa habitación sabia que era la última vez que iba a ver a mi abuela viva.

Tuve la dicha de despedirme, hablar con ella por ultimas vez por teléfono y sentirla, me dijo "hijita cuidate mucho, te quiero". Sus últimos días conmigo, fueron sin duda un regalo de Dios.

Mi abuela, la vi partir aquella mañana del miércoles 25 de marzo, cuando subí mi mirada hacía el cielo, y ella iba en un caballo en forma de nube, llevaba un vestido azul rey, su pelo corto negro, su sonrisa e iba galopando con fuerza a su encuentro con Dios y a fungirse en un abrazo con Carlota y Elpido. Ahora cuando estoy frente al mar sé que ella esta feliz, nos agarramos de las manos y ella se mete en el mar, nos metemos juntas, mi abuela se marcho a ese viaje eterno.

Maga

lunes, 9 de marzo de 2015

Brindo por nuestras ovarios firmes

Brindo por las mujeres con ovarios firmes, que no dejan de ser ellas mismas......Brindo por la mujeres de hormonas pesadas que a pesar de nuestros cambios mensuales sabemos lo que queremos...Brindo por nuestra fisonomía. por nuestro clítoris, por nuestra lucha constante, por nuestros sentimentalismo, porque a veces muchos de ellos, no llaman locas, histéricas, volubles, brindo por el hecho de ser mujer.

Leni Riefenstahl, una de las mujeres que más admiro, con hormonas pesadas y ovarios firmes.  Tres generaciones haciendo lo que le gusta, cine, fotografía, captando historias.



Maga

viernes, 6 de marzo de 2015

Atajo

Ella esta dispuesta a tomar un atajo que la lleve a huir de todo lo que la aturde, aturdía, si eso está, quizás de el, o de ese, o de aquel...el atajo lo diseño para irse rápido, sin que nadie la persiga....

Maga

Ying Yang

Maga

Suspiraciones

Suspiraciones, son como conspiraciones permanentes de suspiros, alguien muy cercano una vez me dijo, que cuando suspiramos es porque tenemos una emoción y un sentimiento puro, suspirar te hace bien, te llena de vida, y es la esencia misma de ti.

Maga

La vida es simple

La vida es simple, un sueño, una inspiración, un deseo, una pasión, un pasado que añoro, un recorrido en imágenes, una causalidad, una conspiración, un amor, el esfuerzo, el suspirar eso es mi Vida es Simple.

Maga

lunes, 2 de marzo de 2015

Medito, vuelo, sueño y con fuerza me impulso




Maga

El pequeño Iván

El pequeño Iván colecciona algodones de colores, de allí crea héroes imaginarios construyendo campos de batallas, soldados de plomo y tanques de guerra.

El pequeño Iván, tiene plastilinas de diversos sabores, con la de uva crea un castillo de princesas donde el amor reina.

El pequeño Iván, tiene un caleidoscopio donde a través del visor, me visualiza a lo lejos, la distancia para nosotros no existe, porque nuestras mentes, corazones y almas viajan de noche por el universo narrando nuestro día a día.
Maga