Un escudo de hojalata tengo entre mis manos, lo cojo con fuerza, sin miedo protejo mi rostro de las cachetadas de la autoridad. Autoridad que se disfraza de una tierna persona; pero con golpes duros en medio del alma, te hace sentir chiquitico. En ese momento, tengo el escudo de hojalata que me ayuda a esquivar las duras palabras. Sin risas, sin miedo, sin lágrimas, inmóvil batallando con este mundo que se burla y se burla de las cosas buenas.
Maga
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