Refugio

Escondida estoy, pasando de todo, de ti, de él, de los dos. Sin mirar por la ventana para evitar ver la sonrisa cómplice de la luna, que con su arco apunta en el medio de mi cuerpo.

Emancipada me encuentro en mi refugio entre arboles de mangos y aguacates.

A lo lejos, muy lejos contemplo el mar que con su oleaje me detiene a quererlos, rompe una ola gigantesca frente a mi, que me traduce el olvido permanente de tus besos, de los de él.
Maga