Ella grita sin parar, se masturba, se auto masturba, se
relaja, se posa frente al espejo del salón, se acerca, no puede reconocerse, es
una gata que maúlla, que maúlla fuerte. Se limpia sus pelaje gastado, grita, lo
sufre, mira hacia atrás y ve venir a ellos, a él para saciar sus ganas. Ella se
refugia en su dolor, un dolor que arden en sus ovarios, en su adentro, por eso
grita para desprender todo eso que le quema por dentro. La gata maúlla para que
su amante la pueda, escuchar del otro lado del mar.
Maga
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