viernes, 7 de septiembre de 2012

5 noches, 5 amigos, 5 historias.


Noche 1:
El pasillo de aquel edificio en medio de la nada, era el testigo principal de los encuentros nocturnos con la adolescencia. Las piezas de domino se reían de los dos,  mientras sumergidos en el juego, se les pasaba el tiempo. Sus ojos verde acuarela desnudaron sin limitaciones el corazón latente de esa chica adolescente.

Noche 2:
En el interior de un bar chino deteriorado, la cerveza con limón, una lumpia bien caliente, la libreta en blanco y un lápiz, se convirtieron en cómplice de la unión de dos mentes brillantes que hicieron una historia, que en poco tiempo llevaron ha imagen. Como un hijo, se transformo en el fruto creado por aquellos dos.

Noche 3:
La conexión de las miradas, que profundas coincidió y fueron uniendo sus almas; sin condición, bajo aquellas aguas cristalinas del mar Caribe. Usaron el mar, la arena y las algas para su rencuentro en está vida, porque ya se conocían en la pasadas.

Tras un sueño de ella en aquella cama prestada, que escuchaba el susurro de una frase dicha por él (only time), hizo que ella corriera a su búsqueda. El la esperaba ansioso de su sabor, de su olor, de su piel, de sus ideas, de su mente, de la causalidad de la vida por ponerlos en un mismo camino; pero en un solo tiempo. 

Un tiempo que ha irrespetado la distancia, se han tocado mientras duermen bajo sus sueños. Siguen en un contacto mental imaginario, en un viaje astral donde ambos cuerpos flotan al encuentro en medio del atlántico.   

Noche 4:
Las luces de neón de un bareto del centro, frente a una barra grande, donde la música, las copas y las personas ligaban, dieron paso al encuentro de los dos. El con un idioma distinto, ella  que poco lo entendía fue suficiente para que ambos iniciaran una conversación. Las similitudes de los dos, los metió sin mirar a los lados tanta locura, y fueron fusionando un arte en común, su gran admiración por Béla Tarr, Haneke, Kieślowski, paseando por escenas de “La Naranja Mecánica”, recordando líneas de Saramago, hicieron que se conectaran intelectualmente, y más allá de eso, que bajo la luna de aquella noche fungieran sus vibras, y su amistad se extendiera a través de la palabras que se transformaban en orgasmos y caricias jamás dadas.

Noche 5:
Dentro de una multitud de gente que danzaba a su alrededor, el y ella, el un poco mayor, la cautivo por su joven sonrisa, su dulce voz y su filosofía innata, él se dejo llevar por la profundidad de la conversación que ella inicio, tras el juego voraz de ella, que lo acelero, un baile, un acercamiento que hizo que subieran a una montaña rusa, donde la cima era la conexión. Horas después, al mencionar sus gustos gatunos, el amor a sus gatos, se perdieron ambos entre las miradas, las palabras de cada uno. Sin darse cuenta, se habían fugado para iniciar una historia que les ha quitado la piel, solitarios los dos, dueños de su espacio, amantes a la música se han visto de mil maneras en los rincones de aquella ciudad hechicera. 

5 noches, 5 amigos, 5 historias.
Maga

No hay comentarios:

Publicar un comentario