lunes, 21 de febrero de 2011

Cobarde

Cobarde, por dejarle el dulce caramelo en la boca, y tener miedo ha quitárselo.

Cobarde, por permitir que entre en tu espacio nocturno, y que aún te aterre perderlo.

Cobarde, por armar maletas y salir huyendo, cuando aún tenían tantas cosas en común.

Cobarde, por no saber decir la palabra correcta, con el ánimo correcto y en el sitio correcto.

Cobarde, por no tener el valor de plantearte ante él, para acojonarle.

Cobarde, por no mantener tu postura hasta al final, por no querer olvidarle.

Maga

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