Tropezamos con una moneda en la vía, nos agachamos para cogerla, la miramos, pensamos si guardárnosla en el bolsillo, dejarla o simplemente, lanzarla hacia arriba, es la mejor opción para dejar que nos caiga la suerte.
A veces, esa misma moneda la vemos por los dos lados, por ambos caras; pero nos cuesta distinguir qué lado es el bueno o el malo, porque son tan iguales, tan exactos y cercanos.
Casi siempre, en la vida, nos tropezamos con una moneda que se empeña en caer en nuestra palma de la mano, por un solo lado, el lado bueno; pero cuando decidimos dejarla guardada, un rato más en nuestros bolsillos y sacarla; para volverla a mirar…sazzzzz….no muestra la cara mala. Por eso tenemos que empezar a ver con más detalle, la moneda por los dos lados.
Maga
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