domingo, 9 de octubre de 2011

El desván

Me tumbe sobre el tejado con ese gato que tropecé, en aquella noche de luna llena otoñal, simplemente me dejé llevar por su olor, que iba invadiendo mi sistema olfativo, para que tu fragancia a mango, pasará a segundo plano, mientras mi nariz, se deslizaba por aquel cuerpo de seda, que desprendía un aroma a maracuyá fresca, que me hacía perderme y destruir mi nervio olfativo, y yo sin reparo mandarte de una vez, al desván del olvido con tu olor a mango podrido.

Maga

No hay comentarios:

Publicar un comentario