martes, 18 de octubre de 2011

Filósofo autentico

Hace algún tiempo, me perdía bajo los efectos de tu filosofía auténtica. Mientras abrías las páginas de ese pequeño libro, que guardas en tu bolsillo, me idiotizabas con esas líneas que me leías en voz alta, en aquella noche callada, testigo de nuestras escapadas filosóficas. Cómo un filoso autentico, no me daba cuenta, de qué todo lo que me relatabas formaba parte de tu imaginación innata, quizás, porque te esmerabas en que yo, no pusiera en duda tus palabras. Años después, ese filósofo autentico, ha desaparecido, ha huido hacia la montaña, como un ermitaño se ha refugiado en la historia de esas oscuras y curiosas noches de soledad que te regalaban el silencio del Roraima. Sin temerle, sigues manteniendo tu filosofía autentica, esa que me has enseñado a pronunciar con pocas palabras, “en tu verdadera esencia, habita la vida”. Sin embargo, ahora, quién huye de todo eso, soy yo, que corre furiosa por desatarme de tu filosofía autentica.
Maga

No hay comentarios:

Publicar un comentario