Ella es tan distinta a él, el es tan distinto a ella, a ella
le gusta el silencio, contemplar el sonido del viento, ver los diversos colores
de la naturaleza, el sonar o el choque del viento con las hojas de los arboles,
y escuchar el sonido que genera. Ella sabe de sinfonias, el de alta mar, de las
corriente, de la sonrisa que hacen las estrellas de noche. Ella desconocia lo
pintorezco del paisaje, de la formación de las montañas, del recorrido de los
peces, el le enseña, ella le enseña, ella lo nutre, el la nutre a ella, ellos
no se agotan de enseñarse el uno al otro; pero son distintos.
Maga
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