lunes, 5 de julio de 2010

Aventuras de una Virgen

Justine harta del discurso de su novio Manuel sobre la abstinencia sexual que mantendrán hasta el matrimonio, se baja del coche para verse con sus amigas en la cafetería. Lucia, Augusta, Penélope y Catalina platican sobre juguetes sexuales. Esto es interrumpido cuando Justine dice: ¡SOY VIRGEN!, sorpresa para las chicas porque tan guapa, de 28 años, en Barcelona y con novio es imposible que sea virgen. Las chicas preocupadas por Justine, empiezan a relatar sus primeras aventuras sexuales, cada relato de ellas despierta la imaginación de Justine haciendo que ésta se vea como protagonista de estas historias.

Lucia termino la noche en el hospital porque su sexy bufanda de plumas le dio alergia a su novio. Días después, sin disfraz, en el interior del coche lo hicieron, ella sin sentir mucho se concentraba mirando las grietas del techo. Penélope planteo al chico que lo hicieran en la cama de su madre y él dio un no rotundo, pero la ansias de romper su himen eran mayor, empapando de sangre las sabanas sagradas se sentía una heroína, la madre del chico descubrió la evidencia, castigándolo porque creyó que él se había revolcado con una prostituta.

Catalina se cautivo por Iván el profesor más joven de la escuela, entraron a un aula con cautela y comenzaron a despelotarse. A Iván le costó un poco introducir su miembro, pero al final llego a la hondura de su vagina. Al día siguiente, fueron echados de la escuela por un video capturado por cámaras escondidas que mostraban aquel acto rápido entre pizarrones y pupitres. Augusta mojaba su cama con sueños húmedos imaginando a Damián, el ejecutivo seductor amigo de su padre, tocando su cuerpo, mientras que su madre creía que estaba sufriendo de fiebre nocturna. Dándose una ducha, sintió una mano en sus pies subiendo hasta su vagina, él entro desnudo juntando su torso contra ella y su virginidad termino yéndose por el desagüé de la ducha. El tuvo que partir y 9 meses después se vio el fruto de aquella fogosa locura.

Justine acalorada con el desvirgo de su imaginación, despertó a la femme fatal que lleva dentro; camina por calle deduciendo que hasta el más tímido de los transeúntes esconde una historia de sexo ardiente. La nueva Justine que ha nacido entra a un sex shop para llevarse un kit de supervivencia cargado de lencería comestible, condones y lubricantes de sabores. Justine con su entrepierna húmeda, se dirige a casa de Manuel y entra dispuesta a ser penetrada por su chico; pero casi desnudo esta con un hombre en la ducha. El animal salvaje llamado Justine es domado por la decepción.

Justine en la barra de un bar, con un zumo de piña ha entendido todo, Manuel nunca deseaba su cuerpo, deseaba otro menos curvilíneo. Justine sigue sumergida en sus pensamientos hasta que se paraliza el bar con la entrada de un hombre alto, guapo, enigmático y de mirada penetrante quien se acerca hacia ella, se sienta a su lado, le ofrece un cigarrillo, bailan y al avanzar el reloj se dirigen hasta los servicios y allí Justine rompe con su himen entero. Desde ese día todas las formas de perder la virginidad son experimentadas por Justine y su nuevo amigo.

4 comentarios:

  1. Jajaja, no está nada mal, aunque quizás se hubiera vuelto más entretenido si estuviera narrado en pasado. Me daba la sensación de que pasaban muchas cosas para englobarlas todas en el presente. Es mi opinión.

    Saludos,
    Sara.

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  2. Hola Sara, gracias por tus sugerencias y que bien que te gusto.

    Gaby

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  3. ...;) me gusta la historia ... saludos desde Méx.

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  4. Gracias.......saludos desde x aquí

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