Caballito de mar, hace algunos días conversamos de la vida en el fondo del mar. Nos fuimos fundiendo en una plática interminable, rodeados de peces de colores, que iban y venían, que se gustaban, que camelaban;que pertenecian a ese mar azul, infinito, cálido, transparente; pero tú y yo éramos distintos, filosofabamos sin parar, sin encadenarnos el uno del otro, nadando lento, tú me invitabas a quedarme en el atlántico y yo te invitaba a descubrir el mediterráneo. Cada vez que nos acercábamos cambiábamos de color, después de una danza nupcial, nos entrelazábamos con la cola; sin embargo el camuflaje de algas que llevábamos, lo teníamos muy en cuenta para no hacernos daño.
Gaby
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