lunes, 20 de septiembre de 2010

La Gitana

“Cargo en mi mochila los tarros de azúcar que he cogido en este andar”, dice la Gitana.

La Gitana no se apacigua, como nómada anda, camina, corre, gira, sigue, se transporta, anda en bus, moto, coche, bicicleta, barco y avión, es decir, se desplaza con frecuencia de un lado a otro, no está fija; porque esa es su manera de sobrevivir, pocos la entienden, pocos la siguen, muchos la critican, muchos quisieran ser como ella.

La Gitana instala su carpa por escasas horas en tierra firme, allí duerme, trata de descansar; pero los sueños la persiguen, la descubren, no deja de soñar. En sus noches de reposo, la visita él, disfrazado de agua, tiene muchas noches soñando con él; pero ella se ha prohibido a sí misma, bajo juramento ante su amiga la Luna, no ver el rostro, el cuerpo, los ojos de él en sus sueños, porque volver a ver esos ojos la hechizan, la hacen ser maligna. Desafiando a su subconsciente la Gitana, se embarca en un primer asalto, es visitada por él en forma de agua transformada en lluvia, una lluvia que la moja, gota a gota recorriendo su cuerpo como si fuesen las manos del él, una lluvia que va desde su cabello, pasa por su cuello, baja por su senos, hasta posarse en su vientre; mientras ella entiende que es él, que una vez más no la deja de visitar, no la deja de querer, ella lo disfruta por instantes en su sueño; aunque coge una tela limpia y se seca, seca lo que queda de él.

La Gitana otra vez sueña, segundo asalto, cierra los ojos y el la vuelve a visitar; pero esta vez en forma de ola, una ola que la cubre, que la abraza, que la tapa sin ahogarla, ella se siente tranquila, relajada, feliz con esa ola, la ola alta y clara, la Gitana se deja llevar de un lado a otro por esa ola, no le teme. La gitana despierta, lucha contra eso, contra ese sentimiento que la mata, que la posee, la Gitana se sale del agua, nada muy rápido, evade la ola, llega a la orilla y ve la ola de lejos, contemplando su altura, su ímpetu.

Tercer asalto, la Gitana vuelve a desafiar en su sueño,esta vez le ve el rostro, pelea contra él, el se presenta en forma de lágrima, lágrimas que salen de sus ojos, de su cuerpo, el gana el tercer asalto, por cada lágrima que ella derrama, es un gran impacto, la golpea, ella ya no tiene fuerza, ella deja caer las gotas en el suelo, tiene poco poder de seguir combatiendo, recoge su carpa, la dobla, la guarda en su mochila, sin olvidar los tarros de azúcar que ha cogido en ese andar, tarros de azúcar que representan sus ilusiones, sus metas, sus fantasías, sus ficciones, sus amores, sus seres amados, es lo único que le queda a la Gitana, porque en los sueños lo pierde a él.

Gaby

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