miércoles, 6 de abril de 2011

El primer adiós

Testigos silentes, sin movimientos, sin corazón, solo un motor se escucho a lo lejos que arranco de prisa, huyendo se esa despedida. El primer adiós, contagiado de llanto, de esperanzas vaciadas en reencuentros, en futuros sin fecha, en sonrisas caducadas, en besos penetrados en pieles recién unidas, en olores reconocidos a kilómetros, en cortas palabras y en largas miradas, un primer adiós que no se olvida.

Maga

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