sábado, 9 de abril de 2011

Mares distintos

De un lado él, observa el baile de las olas, que rompen con la orilla. Del otro lado ella, contemplando la serenidad del mar, donde las olas no bailan, simplemente duermen. Él pierde su mirada en un horizonte cargado de imágenes. Ella se deleita con la línea del horizonte totalmente vacia. Él descubre el olor a sal de ese mar intranquilo. Ella se sumerge debajo del agua y no logra captar el aroma a sal, porque sencillamente no hay. Él espera la tertulia nocturna con los peces dorados y a veces la visita de los mounstros marinos, que le sirven de compañia. Ella espera el sol radiante,la brisa fresca que penetra su piel descubierta para llenar su soledad. Él toca la arena suave y natural, mientras ella huye de la arena artificial. Él está rodeado de gente de un mismo idioma, ella se diverte con la mezcla de lenguas. Él tiene menos tiempo para disfrutar del sol, mientras ella aún le quedan horas. Ambos están en mares distintos, porque él se deja cautivar con el agitado mar Caribe; mientras ella en el Mediterráneo, se va dejando llevar por las calmadas olas. Aunque los dos tienen en común, su pasión por el mar, cuando sentados en la orilla, van contemplando tanta belleza. Maga

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