martes, 2 de abril de 2013

Apretón de mano

Ella era de fuego, el era de tierra. El era el lago de lava que llenaba su caldera. Ella coqueteaba, el la miraba y viceversa. El cantaba y ella lo seguía, el le bailaba y al girar, le sonreía. Ella lo vio venir con una copa de vino, era un Tempranillo o un Cabernet Sauvignon, no lo sabe, no recuerda, ella de poca memoria, siempre despistada perdía cualquier señal que él le daba. Hasta que un día, ella cogió su mano olor a langosta, le apretó la suya con fuerza y él supo que le gustaba. A partir de ese momento, empezó una aventura sin consecuencias, amantes secretos, guardando en su bolsillo una verdad que no rebelarían jamás. 

Maga


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