viernes, 22 de marzo de 2013

La 8274



Noche caraqueña. 1994. Un jueves de 19 días de enero. Música Gustavo Ceratti. Ron añejo Santa Teresa y dos vasos con hielo. Cama de dos plazas de sábanas blancas, espejos en las cuatro paredes y en el techo. Luz de vela blanca. Conversación profunda, sentimental, filosófica y físico- emocional. Mirada de gata de ella, sonrisa de hiena de él. La sangre se fue calentando poco a poco, hasta que estallo en un ambiente pesado y oscuro. La vela se apagó, las sabanas se desasieron y la euforia entro sin tocar a la puerta. Ellos se auto destruyeron, fueron sinceros, lloraron desnudos y abrazados, él quería matarla, por eso su rabia se contuvo en la puñalada que le dio a las paredes, ella gritaba, él le gritaba, sin entender muy bien que pasaba, se miraban su ironía y cinismo entre los espejos, que rotos, ya  sabían que no iban hacer los mismos nunca más. El efecto de la hierba fumada, no era igual a sus encuentros felices, salió de dentro de él, su lado oscuro y de ella las peores palabras jamás pronunciadas.  Se odiaron, se hicieron daños, ella lo rechazo cuando él iba a penetrarla, se alejó, se escondió bajo la cama llorando. El también lloraba, le molestaba que no se reconociera a sí mismo y a ella, como la mariposa que volaba en sus sueños nocturnos y lo invitaba a conocer mundo. Desde esa noche, no han vuelto hablarse, todos sus secretos y sus viseras quedaron en la habitación 8274. 

Maga 

1 comentario:

  1. Ya habra una habitación con el mismo número pero diferente matiz! Ya habrá una habitación que sea llenada de Amor como suelen estar las habitaciones con espejo! Ya habrá un momento de verdadera felicidad sin ninguna hierba que lo empañe! Ya habrá.....

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