martes, 23 de noviembre de 2010

Tregua

Hemos llegado a un acuerdo, un poco justo, ¿justo?, a estas alturas de mi vida no se qué es justo entre tú y yo, quizás es una tregua de cuerdas flojas, poco atadas, de batallas perdidas y guerras pendientes, donde solo los enemigos somos tu y yo, junta a esa cruzada, nos hemos enfrentado cara a cara con brindis a medio andar, copas que se han caído, se han roto, porros a mínimas caladas, no hemos podido entendernos, tampoco hemos sabido jugar a la ruleta rusa, hemos fallado el tiro, no hemos sobrevivido, ¡si es verdad!, hablamos y hablamos, acordamos, firmamos planillas donde sentenciamos nuestra lejanía, no mejor dicho, tengo la frase correcta; “hemos aceptado bajo las condiciones del contrato de arrendamiento la distancia”, hemos llegado a la tregua, al pacto, un pacto que nos hace pensar ahora como amigos, ¡si ya losé!, siempre hemos sido amigos, todo ha funcionado mejor así, como la amiga, la amiga amiga, la amiguita, la amiguis, la amiga amante, novia, la amiga futura esposa, la amiga hija, madre, prima, la amiga cómplice, la amiga eterna, la amiga, la amiga, la amiga y mil veces la amiga, es así es más fácil, y tu, ahora te toca a ti, el amigo, el amigo amigo, el amiguito, el amiguis, el amigo esposo, novio, amante, hijo, padre, cómplice, realmente no quiero romper el contrato, pero creo que aun no confió en esta nueva tregua...

Gaby

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