lunes, 29 de noviembre de 2010

Una Vespa

Una Vespa se detuvo frente a mí. Me monte y me aferre a la cintura de un desconocido que no eras tú, un desconocido con olor a Armani, sabor a prosciutto y voz cantante, romántico, guapo y elegante. Pero era una Vespa roja con sabor a golosina, como la tuya, esa motocicleta me llevo por todas las callejuelas de piedra que me mostraban la historia. Cerré los ojos e imagine por un instante que tú estabas allí conmigo, sin reparos, sin documentos, sin condiciones, los abrí y me sorprendió tu cuello, tu espalda y tu olor que se posaban frente a mí, viaje en el tiempo hacia el pasado, al año 1953, sólo tú y yo éramos como Gregory y Audrey en Vacaciones en Roma, en aquella ciudad de caos, de monumentos gigantesco con historias y leyendas, paseábamos con nuestro amor a bordo de la Vespa, luego abrí los ojos y me vi en el presente, tú no eras ese Peck que yo quería que fueras y yo no era la Hepburn que tú querías que fuese. Volví a cerrar los ojos, y me imaginé un futuro, tú eras ese hombre libre que me llevaba a pasear con su Vespa roja por las montañas de nuestra tierra, y yo era esa chica que me aferraba a tu cintura. No pude evitar pensar en ti en este viaje, porque cada vez se detenía una Vespa roja frente a mi , mi imaginación volvia a fantasear con todo eso.

Gaby

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