lunes, 4 de octubre de 2010

La Ciénaga

Cuando mi cuerpo se sumerge en ti, nadando desnudo, no tengo miedo, quisiera que te quedes dentro de mí eternamente, en aquel grandioso lugar de la Costa de Oro está el destino creado para la felicidad, la calma, la paz, la Ciénaga, un lugar para quedarse, para vivir, amar, olvidar, con un sol que se releja en ese inmenso espejo natural, que nos muestra a través de él, lo que somos, sentimos, y allí estoy yo como un pez espada queriendo luchar, enfrentándome a las otras especies, descubriendo su lenguaje, conectándome con ellos. Luego cae la lluvia que nubla el cielo, lo oscurece, el agua se mueve, se vuelve vulnerable, los habitantes se esconden en las rocas, en los barcos hundidos, ellos desaparecen por el fuerte sonido de los truenos, de los prolongados relámpagos, mientras yo me hundo en él, me fortifico, me reencuentro con mis ancestros, ¡SOY REALMENTE FELIZ!.

Gaby

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