martes, 26 de octubre de 2010

Levedad

La levedad de la sonrisa de Manuela, se pronunciaba al entrar al café de la esquina, aquel famoso lugar del barrio, pequeño, escondido, de puertas y ventanillas de madera, visitado por adictos a tardes de cortado caliente, horas y horas de poker, doñas de cotilleo; pero con bastante jaleo. En una esquina a media luz, estaba Manuela sentada en la mesa de la LEVEDAD, así la hacían llamar los propietarios de la cafetería, porque era el único lugar del sitio que siempre estaba a media luz, una luz que entraba por las persianas de las ventanillas, permitiendo el paso de los rayos de luz de media tarde. Manuela fue perdiendo su sonrisa, cuando al sacar de su bolso color verde aceituna, un sobre, que contenía los resultados de las últimas esperanzas de la vida de su matriz; su sonrisa radiante paso a leve por escasos minutos, levantaba la mirada y parecía que todo lo que estaba a su alrededor no tuviera vida, era invisible, ni ella misma lograba conseguir el sentido a su cuerpo, a su feminidad, las líneas escritas a máquina en aquella hoja en blanco sentenciaban su sequía, que lo trasformaban en un dolor profundo, la levedad de su alma iba in crecento.

A pocos minutos, se le acerco una chica de 19 años que laboraba en la cafetería desde hace 6 meses, de origen sueco, su nombre era Anna, muy guapa, joven y trabajadora; pero poseía una levedad en su sonrisa, al igual que Manuela. Al sentarse a su lado, Anna sacó un sobre de su mochila, al abrir el sobre, sin ver lo que contenía dentro, le pidió a Manuela que viera los resultados que tenían el sobre, la chica le dijo que si el resultado marcaba positivo, ella lo iba a tomar como negativo, que no tenía ni dinero, ni familia, ni pareja, ni nada para asumir una maternidad. Manuela al verla, perdida en su dolor, abrió el sobre y al darse cuenta que el resultado arrojaba a positivo se acerco a la chica y le dijo dentro de 9 meses será negativo para ti.

Luego de 9 meses, Nicolás abrió sus ojos al mundo exterior, heredando la levedad de la sonrisa de Manuela y Anna

Gaby

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