viernes, 3 de diciembre de 2010

El Cafecito

Nos tomamos un cortado, un con leche largo o corto, un guayoyito, americano, instantáneo, un cappuccino, mocaccino, un latex, sin cafeína o con cafeína, caliente o frío, lo tomamos en casa, en la panadería, en la cafetería, en la oficina, por la mañana, tarde o noche, depende de lo adicto que seamos a un buen tinto…El cafecito, ese cafecito que nos despabila, que nos quita el sueño, nos pone activo y nos saluda a primera hora de la mañana, se asemeja a los hombres, queremos un hombre que se deje colar como el café de la mañana, queremos un hombre que como la cafeína nos estimule; pero que no nos haga daño, queremos un hombre para consumirlo frecuentemente , bien sea caliente para invierno y frió para el verano, que como el café, nos despierte y nos acompañe hacer el sobre mesa, que como el café según la semilla que sembremos, mediremos su calidad, que sin oxigeno y sellado al vacio lo podamos conservar por años, que de vez en cuando podamos disfrutar del sabor de un instantáneo, sin endulzarlo demasiado, que como el café siga la éxtasis de su elaboración, lo preparas lentamente y te sientas tomándotelo con mucho placer y gusto.

Gaby

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