miércoles, 8 de diciembre de 2010

Tiempo

No paramos ni un momento, andamos de arriba abajo y viceversa, no nos detenemos a ver más allá de lo que tenemos frente a nuestros ojos, no profundizamos y le seguimos echando la culpa al tiempo. Ese tiempo que se nos vuela rápido, que pasa sin darnos cuenta, solo escuchamos el TIC TAC del reloj y queremos andar más deprisa, ganarle a él para que no nos consume, para que nos deje cumplir con la metas trazadas; pero no nos detenemos a contemplar los pequeños y mínimos detalles que nos da la vida.

No podemos prestar nuestros oídos para escuchar al vecino, o al encargado del chiringuito, o a nuestros hijos, o amigos, o padres, no podemos parar nuestras manos para sentarnos frente a un PC y escribir un corto y dulce mensaje al que está lejos, o escribir un sms de dos líneas para el que esta cerca, o más aún divertido comprar una postal o un pequeño trozo de hoja blanca y enviarla por barco al que está desconectado de la tecnología, es que nuestro tiempo no nos permite pensar en el otro, no tenemos tiempo, nunca tenemos tiempo, siempre andamos culpándolo, de nuestro cansancio, del estrés, de nuestras derrotas, de nuestras traiciones, de nuestras demencias y hasta de nuestra dejadez a los otros, por eso inventamos excusas compradas en mercadillos a un 50 %.

No tenemos tiempo de subir la mirada y contemplar el sol, ni la forma de las nubes, ni mirar la luna y pedir un deseo, ni contar las estrellas, ni sumergirnos por un instante bajo el agua, ni ver nuestras sombras, ni la de los otros, no paramos, andamos como torpedos todo el día, accionamos el botón y avanzamos en nuestro día contando los segundos, los minutos, las horas; además de los días, los meses, los año y cuando nos damos cuenta que tenemos todo y vemos que nos sobra el tiempo, ¿Qué hacemos?, nos damos cuenta que hemos dejado de hablar con esa persona importante, de ver a ese gran amigo, de detenernos a curiosear, a observar, a escuchar, a vivir el AQUÍ Y EL AHORA, sin necesidad de que el tiempo nos agobie, porque el tiempo está en su lugar, dedicándose a mover sus agujas, a marcar horarios, distancias, entradas y salidas de personas, a medir cosas, a acompañar la arena y formarse en una, debemos dejarlo en su puesto y tratar de disfrutar lo bonito que nos da.

Gaby

No hay comentarios:

Publicar un comentario