Me he quitado el anillo, aquel anillo de plata con una gema que se ve azul de día y negra de noche, lo he guardado en una cajita de cristal frente a mi cama. Cuando estoy tumbada en ella, he levantado mi mirada y lo he visto de lejos, el brilla cuando mis ojos le dedican unos minutos, se está llenando de paciencia esperando el día que yo decida volver a tenerlo como un acompañante fiel. Sé que la primera vez, que entrantes en mi dedo, prometí que me acompañarías en este recorrido; pero he decidido no cumplir ese compromiso, me siento aún mejor cuando lo tengo lejos de mi anular.
Gaby
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