viernes, 17 de diciembre de 2010

Los Niños

En la inocencia de los niños reposa la verdadera magia de la existencia. Esos pequeñines que nos cautivan con sus sonrisas, sus lenguaradas, sus travesuras, sus juegos, sus palabras sabias, su inteligencia y sinceridad, que están de un lado a otro, que se esconden en los rincones de la casa, que inventan historias, juegos, que no paran de hacernos sentir vivos, de creer en el amor puro, nos despiertan para que nos demos cuenta de que de ellos tenemos que aprender, debemos de aprender esa parte tan sencilla que es ver los problemas no de un tamaño gigantesco, sino de un tamaño real, de vivir el presente, de ser sinceros con nosotros mismos y con los demás, de transmitir lo que sentimos y pensamos. Los adultos debemos de comprometernos con los niños en cuidarlos, quererlos, amarlos y serles sinceros, no seguir destruyéndoles el mundo, porque ellos también tienen derecho de disfrutar su infancia como lo hemos hecho nosotros mismos. Tenemos que volvernos niños, bajarnos a su estatura y entrar en el mundo de colores que ellos nos dibujan día a día, para comprender su lenguaje.

Gaby

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