sábado, 11 de diciembre de 2010

Mundo Flotante

Me dejo caer de espalda en la superficie de la piscina azul. Floto, cierro los ojos, los abro, los vuelvo a cerrar, siento como aquella agua penetra cada poro de mi cuerpo, cada rizo de mi pelo, la tela de mi bañador, como mis oídos absorben el agua que entra para cantarme, para trasladarme a otro mundo, a mi mundo, un mundo flotante, el agua no me pide permiso para entrar a mi sexo, lo limpia, sube por mi útero, viaja dentro de mí, hace escalas dentro mis órganos para llegar al corazón y luego a mi cerebro, me hace flotar, y allí en silencio sin nada que me perturbe, soy feliz. Mi mundo flotante, me acoge como una niña perdida, el agua se transforma en la cama transparente que no tengo, me volteo, solo veo la profundidad de la piscina, la cerámica azul que brilla, la claridad, la desnudes de los otros nadadores, pero no dejo de flotar, respiro, mi concentración se fija en flotar para no ahogarme, si me sumerjo en mi mundo flotante una vez al día me sentiría mucho más feliz, porque podría ver la transparencia.
Gaby

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