La fugitiva viene y se va, baja y sube, se esconde, se encierra, corre, se frena, avanza y retrocede, vuelve y regresa y viceversa. Ella se oculta en el armario de su habitación, para que nada la perturbe, la agobie, la exprima, la moleste. La fugitiva se aventura pero también se centra, se mide, se queda atrapada en su esencia. La fugitiva tiene mucho vuelo, mucho camino andando, como un mago planifica su desaparición para que el público no se percate de su huida. La fugitiva no quiere creer, ni confiar, no miente, es leal. La fugitiva es idealista, no se aquieta, no se ata a nada, solo a ella misma, a sus sueños y pasiones, es una exploradora de territorios nuevos, sin uso, va deprisa con su pasito corto. La fugitiva tiene una duración momentánea, cuando llega, disfruta, se fastidia y se va, su trayectoria es larga; pero su visita es breve, rápida, todos la ven, la sienten, la tocan; pero ella como una estrella fugaz, pasa y desaparece. La fugitiva sale corriendo cuando algo o alguien la quieren comprometer, amarrar, ella se desata, viola la ley, se burla, vuelve a burlarse de pocos o a veces de muchos, es una prófuga del amor. La fugitiva escoge su camino, elegí sus acompañantes; pero también deserta la misión y vuelve a fugarse. La fugitiva no tiene control ni de salida ni de entrada, muchos la quieren atrapar, congelar para ellos, ser sus dueños eternos mientras ella afianza la defensa de su libertad, a veces se convierte en egoísta, pero es que la fugitiva siente que su duración es corta por eso apresura su escapada final.
viernes, 20 de agosto de 2010
LA FUGITIVA
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